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Abordaje multidireccional del Síndrome Subacromial o Impingement Subacromial

El síndrome subacromial es una patología de gran complicación en la cual el principal problema es un conflicto entre el contenido y el continente que se desarrolla en gran medida debido a movimientos repetitivos por encima de la cabeza y en menor grado por eventos traumáticos agudos. En cualquiera de los casos, el principal problema de la lesión es que se produce una disminución del espacio subacromial que es un espacio delimitado en su parte superior por el puente o arco que forman el acromion, la clavícula y el ligamento coraco-acromial y en su parte inferior por la cabeza humeral y los cambios estructurales que derivan de esta disminución del espacio. Cuando se produce este evento traumático se desarrollan una serie de reacciones como son la inflamación, el dolor, el edema, la falta de movilidad, etc. Pero la más importante, contando que no haya problemas neurológicos, es la inflamación que provoca el conflicto contenido continente, además derivado de esto se produce una elevación y anteriorización de la cabeza humeral que agrava más si cabe el problema de espacio (contenido-continente) que ya teníamos. Esta elevación se produce porque el músculo supraespinoso está inhibido por la lesión lo cual impide su capacidad de descender la cabeza del húmero, y además los músculos como deltoides y pectoral mayor elevan y anteriorizan la cabeza del húmero aumentando el problema. Secundario a todo esto, con ese aumento de presión en la zona subacromial, la irrigación sanguínea del tendón del músculo supraespinoso ya de por sí precaria en la inserción profunda parte anterior, se ve debilitada, lo cual facilita su posible desgarro o rotura total. En cualquier caso con esta irritación continua se va a producir un engrosamiento del tendón del supraespinoso, situación que empieza a hacerse irreversible. Todo esto lo podemos simplificar de algún modo con este esquema.

En esta lesión como en todas es importantísimo hacer un buen diagnóstico diferencial, aunque si cabe en esta aún más, y evaluar qué estructuras y en que estadío está la patología puesto que se pueden ver afectadas un número significativo de ellas como pueden ser el tendón del supraespinoso, el tendón del infraespinoso, el tendón del redondo menor, el tendón da la cabeza larga del bíceps y su ligamento transverso, la bolsa subacromial, el tendón subescapular. También es importante evaluar su estadío de afectación:

  • Estadío I fase aguda
  • Estadío II fase de cambios degenerativos
  • Estadío III desgarro total o parcial del manguito rotador.

Delimitar el alcance de la lesión es muy importante así como desechar que la patología no esté provocada por un problema estructural que requiera otro tipo de abordaje.

La sintomatología que el paciente describe suele ser la aparición de un dolor progresivo no localizado a punta de dedo sino más bien difuso en la parte antero-lateral del músculo deltoides, con un arco doloroso (60º – 140 º grados) y ocasionalmente refiere dolor en el trapecio por el trabajo de compensación que se le demanda al estar la articulación con una disfunción. El paciente refiere dolor típico nocturno de esta patología y suele se un paciente de cuarenta años en adelante por desgaste o bien en pacientes jóvenes que practiquen deporte a cierto nivel. Para determinar la patología y su grado existen una serie de pruebas de diagnóstico así como pruebas complementarias de radiodiagnóstico que nos llevan a acotar perfectamente el alcance y grado de la lesión, sin olvidar que una de las cosas más a tener en cuenta es la experiencia y habilidad del terapeuta que hace la evaluación.

Por tanto el abordaje de esta lesión tiene que ser multi-direccional , esto es que no nos podemos centrar en tratar solo uno de los problemas como el dolor o la disfunción sino que tenemos que englobar todo en un tratamiento integral, tanto los síntomas como la disfunción o degeneraciones tisulares o correremos el riesgo de recidivas constantes.

Después de un exhaustivo diagnóstico diferencial y evaluar correctamente las partes afectadas iniciamos el tratamiento con el fin de recuperar la funcionalidad, eliminar la inflamación y el engrosamiento y por supuesto erradicar el dolor que es lo que le interesa al paciente o si bien es un problema mecánico derivarlo a cirugía.

Al inicio del tratamiento podemos encontrarnos al paciente en un estadío muy agudo de dolor para disminuir su intensidad podemos aplicar diferentes medios antiálgicos y antiinflamatorios como el ultrasonido ya sea fijo o normal, la fonoforesis y la iontoforesis con Aines. Ambulatoriamente para periodos intertratamiento podemos ayudar al paciente con un vendaje ya sea tipo McMconnell o Kinesiotape todo esto sin olvidar comenzar el resto de intervenciones que tengamos previstas dentro de nuestro plan de tratamiento. Esta sintomatología dolorosa irá cediendo, aun así seguiremos con el tratamiento antiinflamatorio mediante ultrasonido y/o iontoforesis y/o diatermia, con el fin de ayudar a reducir la inflamación lo máximo posible.

En el tratamiento de la disfunción utilizaremos fundamentalmente la terapia manual para realinear correctamente la cabeza humeral dentro de la glenoide, esto es una cuestión de vital importancia en la recuperación del síndrome subacromial, buscando descender la cabeza humeral y su centraje, elongando la cápsula posterior que habitualmente se encuentra retraída mediante técnicas de terapia manual (OMT, Maitland, McConnell, Osteopatía, etc. ).

En cualquier caso no debemos olvidarnos potenciar el grupo de los rotadores, que nos va a ayudar a descender y centrar la cabeza humeral en la glenoide, debido a su vector descendiente y su capacidad estabilizadora, y relajar los grandes grupos musculares que son en gran parte responsables de la disfunción, como son el pectoral mayor , deltoides, trapecio, etc. Otro de los puntos a tratar son las posibles degeneraciones y engrosamientos de los tendones del manguito rotador , en especial el tendón del supraespinoso que es el que más frecuentemente se ve afectado y que vamos a intentar en la medida de lo posible aproximarlo a su estado fisiológico. Para ello usamos técnicas como: el masaje tipo Cyriax, E.P.I., onda de choque, radiofrecuencia, etc. Los tratamientos arriba descritos deben solaparse entre sí para ir avanzando en la resolución favorable de la sintomatología y disfunción de la lesión, porque sino correremos el riesgo de estancamiento y frustración al ir avanzando y retrocediendo sin motivos aparentes.

El porcentaje de evolución favorable es muy elevado, si no en su totalidad, si en cuanto al alivio y la mejor funcionalidad, permitiendo al paciente desarrollar una vida diaria sin problemas y con alto grado de satisfacción.

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